Toxina botulínica Tipo A para el tratamiento del bruxismo
El bruxismo es una patología crónica que cada vez afecta a mayor cantidad de personas. La utilización de la toxina para el Bruxismo es una solución cada vez más utilizada, obteniéndose muy buenos resultados.
El bruxismo puede ser diurno o nocturno y afecta a un % importante de la población, y se conoce más comúnmente por el hábito de rechinar y apretar los dientes de forma inconsciente y no funcional.
Causas del bruxismo
Las causas del bruxismo pueden ser varias, desde factores funcionales como una mala mordida, hasta emocionales como es el caso del estrés, la ansiedad, la depresión…..que son capaces de desencadenar patología dolorosa con dolor facial, dolor mandibular, problemas de articulación, dolor de cuello, dolor de oído, etc. Todo ello afecta muy negativamente a la calidad de vida de quien lo padece.
El bruxismo tiene otras consecuencias directas en la boca:
- desgastar los dientes: pudiendo disminuir su tamaño de forma importante
- fracturar el esmalte
- destruir el hueso que soporta el diente
- artrosis mandibular o problemas de articulación en la mandíbula
La aplicación de la toxina botulínica tipo A) en los músculos masticadores ha demostrado ser una excelente herramienta para combatir las alteraciones del bruxismo. La toxina es un potente relajante muscular local que actúa por un amplio periodo de tiempo (3 a 6 meses), relajando los músculos masticadores afectados, sin producir los indeseables efectos secundarios de los relajantes musculares sistémicos (somnolencia, relajación de musculatura no afectada, disminución de reflejos, etc.) En comparación con la férula oral, las toxinas botulínicas son igualmente eficaces en el tratamiento del bruxismo.