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El conocido periodoncista y conferencista español Héctor J. Rodríguez Casanovas hace una revisión del uso de los enjuagues bucales, que además de sus conocidos efectos antibacterianos y anticaries, podrían también ayudar a reducir la carga viral del SARS-CoV-2, el virus que causa la enfermedad Covid-19.

El enjuague bucal inició su andadura cómo antiséptico en el año 1879, cuando el Dr. Joseph Lawrence creó en su laboratorio una fórmula única basada en los trabajos de Sir Joseph Lister.[i]

Los antisépticos para limpiar heridas ayudaron a evitar muchas muertes.

Curiosamente, se vendió como limpiador de pisos y como cura para la gonorrea (en forma destilada). Productos como la Clorhexidina o el Triclosan también se utilizan cómo antisépticos de superficie.

Desde la época romana, hay testimonios sobre el uso de productos para tratar los problemas de la boca, aunque no fue hasta finales del siglo XIX que aparecieron los productos que se siguen usando a día de hoy.

Las razones para el uso de los enjuagues bucales han sido tradicionalmente tratar infecciones o intentar acabar con la halitosis.

Los beneficios de los enjuagues bucales en los ingredientes activos inhibidores de la placa bacteriana ejercen efectos que ayudan a controlar las enfermedades periodontales y a la reducción de la caries dental.

Posteriormente, han ido apareciendo numerosos enjuagues con diferentes objetivos de tratamiento, siendo uno el enjuague bucal que contiene flúor para ayudar a prevenir la caries. También hay enjuagues bucales para inhibir la formación de biofilm, e incluso enjuagues "todo en uno" que ofrecen protección integral hasta por 12 horas. Cualquiera que sea el objetivo principal y los beneficios añadidos de un enjuague bucal, todos, en mayor o menor medida, complementan las medidas de higiene bucal y dan a los pacientes una sensación de frescor en la boca. Es importante reconocer y recordar a los pacientes que, en la actualidad, ningún enjuague bucal es un sustituto de las medidas rutinarias de higiene bucal, que deben basarse en el uso dos veces al día (al menos) de un cepillo de dientes y pasta de dientes con flúor, junto con algún tipo de limpieza interdental. Además, el uso excesivo de enjuagues bucales puede tener efectos perjudiciales.

En 2017, un estudio de Joshipura y col[ii] sugirió que el uso regular frecuente de enjuagues bucales de venta libre se podía asociar con un mayor riesgo de desarrollar prediabetes/diabetes, en un grupo de 945 personas con sobrepeso/obesidad. El mecanismo propuesto para explicar esto es que el enjuague bucal tiene efectos antibacterianos en la cavidad oral; sin embargo, las bacterias orales desempeñan un papel importante en la vía salival nitrato-nitrito-óxido nítrico, y los niveles reducidos de óxido nítrico se asocian con resistencia a la insulina y con efectos adversos cardiovasculares como hipertensión y deterioro de la función vascular. Sin embargo, según Preshaw[iii], las limitaciones metodológicas del estudio ponen en tela de juicio la generalización de esos resultados. Es importante que los profesionales dentales estén al tanto de nuevos estudios sobre este tema, ya que los pacientes con frecuencia piden consejos sobre el uso de enjuagues bucales como parte de su régimen de higiene bucal.

Los periodoncistas recomendamos a nuestros pacientes, debido a su eficacia, enjuagues con clorhexidina que varían en su composición. Un efecto secundario de la clorhexidina es la coloración de los dientes; debido a esto se suele combinar con otros antisépticos como el cloruro de cetilpiridinio. Los enjuagues con aceites esenciales que han ido eliminando el alcohol de su composición, también se utilizan, aunque causan coloraciones de un color amarillento que se nota menos.

Los enjuagues bucales que contienen clorhexidina con una concentración de 0,2% son uno de los antisépticos más comúnmente recetados en la atención de la salud bucal. Durante mucho tiempo se los ha considerado un estándar de oro entre los enjuagues bucales antisépticos orales, que actúan sobre bacterias, esporas y hongos.

Beneficios

El mayor beneficio se obtiene con el uso de estos enjuagues bucales como complemento a corto plazo o como alternativa a los procedimientos regulares de higiene bucal, cuando la carga bacteriana en un sitio quirúrgico no puede reducirse por otros medios o cuando el cepillado es difícil[iv], por ejemplo, inmediatamente después de la cirugía oral y la colocación de suturas. El enjuague bucal de clorhexidina a menudo se prescribe en el perioperatorio o postoperatorio.

Los enjuagues bucales con clorhexidina también se utilizan en el tratamiento inmediato de úlceras bucales y afecciones mucosas erosivas para prevenir infecciones secundarias, que pueden retrasar la cicatrización, y en el cuidado bucal de pacientes con dificultades de aprendizaje o discapacidad física que no pueden practicar una higiene bucal diaria adecuada. También se pueden utilizar para tratar la halitosis grave asociada con la colonización extensa de bacterias liberadoras de azufre en la superficie dorsal del tercio posterior de la lengua.

Los enjuagues bucales que contienen clorhexidina también tienen aplicaciones especiales, por ejemplo, en la prevención de la neumonía asociada al ventilador, una de las complicaciones más comunes y potencialmente mortales en pacientes sometidos a intubación prolongada.

Los enjuagues bucales de clorhexidina al 0,12% producen relativamente pocos efectos secundarios, pero para mantener la eficacia, a veces pueden contener otros agentes, como el compuesto de amonio cuaternario cloruro de cetilpiridinio[vi]. La placa dental es una biopelícula formada por bacterias colonizadoras. Los enjuagues bucales inhibidores de placa incluyen una variedad de ingredientes activos, que van desde antimicrobianos (p. ej., cloruro de cetilpiridinio) y agentes para prevenir que las bacterias se adhieran a las superficies de los dientes (p. ej., el alcohol amínico delmopinol clorhidrato), hasta aceites esenciales (junto con salicilato de metilo) Los beneficios pueden extenderse a los efectos preventivos y estéticos, pero los ingredientes activos de los enjuagues bucales inhibidores de la placa ejercen efectos sobre la biopelícula de placa dental en las diferentes etapas de la colonización, lo que ayuda a controlar la aparición y progresión de las enfermedades periodontales y contribuye a la reducción de la caries dental.

Los mecanismos por los que actúan los enjuagues bucales inhibidores de la biopelícula pueden ser complejos[vii]. Los compuestos de amonio cuaternario tienen un amplio espectro de actividad antibacteriana y destruyen las levaduras. Los alcoholes de amina, como el clorhidrato de delmopinol, aunque tienen poco efecto si es que tienen alguno, sobre la placa, interactúan con los componentes de la biopelícula e inhibe la producción de glucano por parte de las bacterias que buscan adherirse a la película. Los enjuagues bucales que inhiben la biopelícula tienden a causar menos efectos secundarios que los antisépticos. Algunas personas, especialmente aquellas con una afección subyacente como la boca seca (xerostomía), pueden manifestar disgeusia leve y hormigueo en la mucosa.

Los enjuagues bucales inhibidores de la biopelícula son buenos para dar a los usuarios una agradable sensación de frescor en la boca, pero no se ha demostrado que sean eficaces como único medio para controlar el mal aliento.

Enjuagues con flúor

De los enjuagues bucales con efecto preventivo primario, los más utilizados son los que contienen flúor, para ayudar a prevenir la caries dental y, en algunos casos, ayudar a revertir las lesiones tempranas de caries.

Se puede recomendar o prescribir un enjuague bucal o enjuague bucal con flúor para pacientes de ocho años o más y que tienen un mayor riesgo de desarrollar caries dental[viii] Las personas con un alto riesgo de caries dental incluyen personas con una ingesta frecuente de azúcar o xerostomía, o que se someten a tratamiento de ortodoncia, porque la presencia de un aparato fijo puede comprometer la capacidad de mantener una higiene bucal óptima. Existe cierta evidencia de que un enjuague bucal diario con flúor reducirá el riesgo de caries durante el tratamiento con aparatos fijos.

Algunos enjuagues bucales pueden estar destinados a controlar afecciones específicas, como la xerostomía, que puede ser un efecto de algunos medicamentos, radioterapia o enfermedad autoinmune. El manejo de la boca seca depende de las preferencias. Hay poca evidencia de que un enjuague bucal lubricante sea más eficaz que otro tratamiento tópico.

Los enjuagues bucales también se pueden usar para controlar la hipersensibilidad dentinaria: el dolor breve y agudo que sufren muchas personas cuando someten la dentina expuesta a un estímulo como el frío de una bebida helada. Sin embargo, la sensibilidad térmica también puede ser un signo de enfermedad que requiera tratamiento activo.

Por último, los enjuagues bucales para blanquear los dientes se han convertido en productos populares de venta libre. El ingrediente activo de estos productos suele ser peróxido de hidrógeno o peróxido de carbamida[xi]. El efecto principal de estos enjuagues bucales puede ser blanquear las manchas superficiales de los dientes, a diferencia del blanqueamiento de las estructuras dentales que se logra con los sistemas de blanqueamiento de dientes prescritos por profesionales. Los usuarios de enjuagues bucales para blanquear los dientes deben conocer los posibles efectos secundarios, incluida la sensibilidad dental y la irritación de las encías. Se dispone de información limitada sobre el uso a largo plazo de estos productos. Sin embargo, en 2020 con la aparición de la pandemia del SARS-CoV-2 nos tuvimos que fijar en otro aspecto de los enjuagues bucales: su capacidad antiviral. Hasta ahora, nos importaba sobre todo el aspecto anti bacteriano, pero desde hace unos meses conceptos cómo “bajar la carga viral” se han convertido en algo muy común en la consulta dental.

Afortunadamente, hay odontólogos, virólogos, químicos y más científicos intentando avanzar en este campo y generar estudios que nos ayuden en la práctica diaria contra el SARS-CoV-2 . La ciencia ha empezado a estudiar cómo pueden ayudar los enjuagues bucales a disminuir la cantidad de SARS-CoV-2 en el entorno oro-faríngeo. Desafortunadamente, había pocos estudios sobre virus, pero aquellos que había sobre SARS-CoV-1 permitieron sugerir que los enjuagues bucales son absolutamente necesarios en ayudar a combatir el virus causante de la pandemia que vivimos en la actualidad.

Héctor J. Rodríguez Casanovas, DDS MS PhD, Periodoncista graduado de la Universidad de Texas at Houston HSC, Director de implantesdelfuturo.es, investigador y conferencista con práctica privada en Las Palmas de Gran Canaria y Gijón (España).

Referencias

  • [i] Lister J. On the Antiseptic Principle in the Practice of Surgery. Br Med J. 1867;2(351):246-248. doi:10.1136/bmj.2.351.246
  • [ii] Joshipura KJ, Muñoz-Torres FJ, Morou-Bermudez E, Patel RP. Over-the-counter mouthwash use and risk of pre-diabetes/diabetes. Nitric Oxide. 2017 Dec 1;71:14-20. doi: 10.1016/j.niox.2017.09.004. Epub 2017 Sep 20. PMID: 28939409; PMCID: PMC6628144.
  • [iii] Preshaw PM. Mouthwash use and risk of diabetes. Br Dent J. 2018 Nov 23;225(10):923-926. doi: 10.1038/sj.bdj.2018.1020. PMID: 30468191.
  • [iv] Varoni E, Tarce M, Lodi G et al. Chlorhexidine (CHX) in dentistry: state of the art. Minerva Stomatologica. 2012;61:399-419.
  • [v] Linden GJ & Herzberg MC. Periodontitis and systemicdiseases: a record of discussions of working group 4 of the Joint EFP/AAP Workshop on Periodontitis and SystemicDiseases.Journal of Clinical Periodontology. 2013 (Suppl 14): S20-23.
  • [vi] Van Strydonck DA, Timmerman MF, van der Velden U et al. Plaque inhibition of two commercially available chlorhexidine mouthrinses. Journal of Clinical Periodontology. 2005;32:305-9.
  • [vii] Barnet ML. The rationale for the daily use of an antimicrobial mouthrinse. J. AM Dent Assoc. 2006;137(suppl):16s–21s.
  • [viii] Departments of Health and British Association for the Study of Community Dentistry. Delivering better oral health: An evidence-based toolkit for prevention. London: Department of Health and British Association for the Study of Community Dentistry, 2009.
  • [ix] Benson PE, Parkin N, Millett TD et al. Fluorides for the prevention of white spots on teeth during fixed brace treatment. Cochrane Database of Systematic Reviews. 2004(3): CD003809.
  • [x] Furness S, Worthington HV, Bryan G et al. Interventions for the management of dry mouth: topical therapies. The Cochrane Database of Systematic Reviews. 2011(12):CD008934.
  • [xi] Hasson H, Ismail A & Neiva G. Home-based chemically-induced whitening of teeth in adults. Cochrane Database of Systematic Reviews. 2006(4):CD006202.

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